Las disputas fronterizas de larga data y la agitación política en Irán incitan al presidente iraquí Saddam Hussein a lanzar una invasión de la provincia petrolera de Khuzestan, productora de petróleo de Irán. Después de los avances iniciales, la ofensiva iraquí fue rechazada. En 1982, Iraq se retiró voluntariamente y buscó un acuerdo de paz, pero el ayatolá Jomeini renovó los enfrentamientos. Se produjeron estancamientos y la muerte de miles de jóvenes reclutas iraníes en Irak. Los centros de población en ambos países fueron bombardeados e Irak empleó armas químicas. En el Golfo Pérsico, una "guerra de petroleros" redujo el envío y aumentó los precios del petróleo. En 1988, Irán acordó un alto el fuego.