En este día, el presidente Franklin D. Roosevelt anuncia al Congreso que está autorizando la mayor producción de armamentos en la historia de los Estados Unidos.
Comprometido con la guerra después de Pearl Harbor, Estados Unidos tuvo que reevaluar su preparación militar, especialmente a la luz del hecho de que su flota del Pacífico fue diezmada por el ataque aéreo japonés. Entre los que presionaron al presidente Roosevelt para duplicar la producción industrial y de armamentos de EE. UU. Estaban Lord William Beaverbrook, el ministro británico de producción de aviones, y miembros del Ministerio de Suministros británico, que se reunían con sus homólogos estadounidenses en el Hotel Mayflower en Washington. Beaverbrook, un editor de periódicos en la vida civil, empleó técnicas de producción que aprendió en la publicación para reducir la burocracia, mejorar la eficiencia y aumentar la producción de aviones británicos para fabricar 500 cazas al mes, y sintió que Estados Unidos podría aumentar la producción de armamento de manera similar.
Impulsado por Lord Beaverbrook y el primer ministro Churchill, Roosevelt aceptó la acumulación de armas. Anunció al Congreso que el primer año del programa de producción sobrealimentada resultaría en 45,000 aviones, 45,000 tanques, 20,000 armas antiaéreas y 8 millones de toneladas en nuevos barcos. Los congresistas quedaron atónitos ante la propuesta, pero Roosevelt no se inmutó: "Estas cifras y figuras similares para una multitud de otros implementos de guerra darán a los japoneses y nazis una pequeña idea de lo que lograron".