Samantha Smith, la "embajadora" de 13 años en la Unión Soviética, muere en un accidente aéreo. Smith fue mejor conocido por escribirle al líder soviético Yuri Andropov en 1982 y visitar la Unión Soviética como invitado de Andropov en 1983.
A fines de 1982, Smith, un estudiante de quinto grado en la Escuela Primaria Manchester en Manchester, Maine, escribió una carta quejumbrosa al líder soviético Andropov. Ella dijo que estaba "preocupada porque Rusia y Estados Unidos entraran en una guerra nuclear". ¿Vas a tener una guerra o no? ”Unos meses más tarde, la carta de Smith fue escrita en Rusia y se anunció que Andropov estaba escribiendo una respuesta. Smith recibió su carta en abril de 1983. Andropov le aseguró a Smith que no quería una guerra nuclear con Estados Unidos ni con ningún otro país. Al llamar a Smith una niña "valiente y honesta", Andropov cerró la carta con una invitación para que visitara la Unión Soviética. En julio, acompañada de sus padres, Smith se embarcó en un viaje de dos semanas. Ella fue un éxito en la Unión Soviética, y aunque no pudo reunirse con Andropov, viajó mucho y habló con numerosos grupos y personas. En los Estados Unidos, algunas personas la tildaron de una patsy para los comunistas y afirmaron que los propagandistas soviéticos la estaban usando simplemente para sus propios fines, pero el entusiasmo y el optimismo contagioso de Samantha cautivaron a la mayoría de los estadounidenses y millones de otras personas en todo el mundo. Durante los siguientes dos años, Smith se convirtió en un embajador de buena voluntad no oficial de Estados Unidos, hablando con grupos en todo Estados Unidos y en países extranjeros como Japón. El 25 de agosto de 1985, mientras viajaba con su padre, su pequeño avión se estrelló y ambos murieron.
Sin embargo, el legado de Smith perduró. Su madre comenzó la Fundación Samantha Smith, que tiene como objetivo reunir a personas de diferentes naciones y culturas para compartir sus experiencias. En particular, la fundación estableció un programa de intercambio de estudiantes con la Unión Soviética. En la Unión Soviética, la noticia de la muerte de Smith fue recibida con gran tristeza. El gobierno ruso respondió emitiendo un sello en su honor y nombrando una montaña en honor a la joven.