En conclusión a una situación extremadamente tensa de principios de la Guerra Fría, la Unión Soviética anuncia que sus tropas en Irán serán retiradas dentro de seis semanas. La crisis iraní fue una de las primeras pruebas de poder entre Estados Unidos y la Unión Soviética en el mundo de la posguerra.
La crisis iraní comenzó durante la Segunda Guerra Mundial. En 1942, Irán firmó un acuerdo por el cual se permitió el ingreso de tropas británicas y soviéticas al país para defender a la nación rica en petróleo del posible ataque alemán. Las tropas estadounidenses también estuvieron pronto en Irán. El tratado de 1942 declaró que todas las tropas extranjeras se retirarían dentro de los seis meses posteriores al final de la guerra. Sin embargo, en 1944, tanto Gran Bretaña como Estados Unidos comenzaron a presionar al gobierno iraní para obtener concesiones petroleras y los soviéticos exigieron sus propias concesiones. Para 1945, la situación del petróleo aún estaba inestable, pero la guerra estaba llegando a su fin y la actitud estadounidense hacia la Unión Soviética había cambiado drásticamente.
La nueva administración de Harry S. Truman, que llegó al poder cuando Franklin D. Roosevelt murió en abril de 1945, decidió que no se podía confiar en los soviéticos y que estaban decididos a expandirse. Por lo tanto, se adoptó una política de "dureza" hacia el antiguo aliado de guerra. Irán llegó a ser un caso de prueba para esta nueva política. Los soviéticos habían decidido tomar medidas en Irán. Temiendo que los británicos y los estadounidenses conspiraran para negarle a Rusia su esfera de influencia adecuada en Irán, los soviéticos acudieron en ayuda de un grupo rebelde iraní en las regiones del norte del país. A principios de 1946, Estados Unidos se quejó ante las Naciones Unidas sobre la situación en Irán y acusó a los soviéticos de interferir con una nación soberana. Cuando el 2 de marzo de 1946, fecha límite para la retirada de las tropas extranjeras de Irán, pasó y los soviéticos aún estaban en su lugar, comenzó a desarrollarse una crisis.
Se evitó una gran confrontación diplomática cuando los soviéticos anunciaron el 25 de marzo de 1946 que retirarían sus fuerzas dentro de seis semanas. El presidente Truman se jactó de que sus amenazas de una posible confrontación militar habían sido el factor decisivo, pero eso parece poco probable. La Unión Soviética e Irán llegaron a un acuerdo que otorgó a los soviéticos una concesión petrolera en Irán. Con esta promesa en mano, los soviéticos mantuvieron su parte del trato y sacaron a sus tropas de Irán en abril de 1946. Casi de inmediato, el gobierno iraní incumplió el acuerdo petrolero y, con la ayuda y el asesoramiento de Estados Unidos, aplastó la revuelta en el norte de Irán. . Los soviéticos estaban furiosos, pero se abstuvieron de reintroducir sus fuerzas armadas en Irán por temor a crear un conflicto creciente con los Estados Unidos y Gran Bretaña. La crisis iraní, y la sospecha y la ira que creó entre Estados Unidos y la Unión Soviética, ayudaron a establecer el tono para el desarrollo de la Guerra Fría.
