Para disminuir la amenaza de una guerra nuclear accidental, los Estados Unidos y la Unión Soviética acuerdan establecer un sistema de comunicación de "línea directa" entre las dos naciones. El acuerdo fue un pequeño paso para reducir las tensiones entre Estados Unidos y la URSS luego de la Crisis de los misiles de octubre de 1962 en Cuba, que llevó a las dos naciones al borde de la guerra nuclear.
La necesidad de una comunicación casi instantánea y de tiempo completo entre los gobiernos estadounidense y soviético se hizo evidente durante la crisis de los misiles cubanos de octubre de 1962. Estados Unidos había descubierto que los soviéticos estaban construyendo sitios de misiles en Cuba capaces de disparar misiles con ojivas nucleares. Finalmente, la administración del presidente John F. Kennedy instituyó una "cuarentena" naval alrededor de Cuba para bloquear la entrega de tales misiles. El posible conflicto nuclear se evitó solo cuando el líder soviético Nikita Khrushchev acordó que su país no instalaría armas nucleares en Cuba. A cambio, Estados Unidos prometió no amenazar la soberanía de Cuba. Antes del acuerdo, el mundo pasó varios días muy tensos esperando para ver si comenzaría la Tercera Guerra Mundial. En un intento por reducir las tensiones provocadas por la crisis de octubre de 1962 y, con suerte, evitar cualquier malentendido futuro que pueda desencadenar un conflicto nuclear, Estados Unidos y la Unión Soviética acordaron en junio de 1963 establecer una "línea directa". un enlace de comunicaciones las 24 horas del día entre Washington, DC y Moscú. El presidente Kennedy declaró: "Esta era de eventos de rápido movimiento requiere una comunicación rápida y confiable en tiempo de emergencia". El acuerdo fue un "primer paso para ayudar a reducir el riesgo de guerra por accidente o error de cálculo".
El sistema se puso en práctica unos meses después de la firma del acuerdo. Más allá de servir como un accesorio dramático en películas como A prueba de fallos (o un accesorio de comedia en la película Dr. Strangelove), la línea de comunicación nunca ha tenido que utilizarse para evitar una guerra nuclear.