En este día de 1863, el presidente Abraham Lincoln ofrece su plan conciliatorio para la reunificación de los Estados Unidos con su Proclamación de Amnistía y Reconstrucción.

En este punto de la Guerra Civil, estaba claro que Lincoln necesitaba hacer algunos planes preliminares para la reconstrucción de la posguerra. Los ejércitos de la Unión habían capturado grandes secciones del sur, y algunos estados estaban listos para reconstruir sus gobiernos. La proclamación abordó tres áreas principales de preocupación. Primero, permitió el perdón completo y la restauración de la propiedad de todos los involucrados en la rebelión, con la excepción de los más altos funcionarios confederados y líderes militares. En segundo lugar, permitió que se formara un nuevo gobierno estatal cuando el 10 por ciento de los votantes elegibles habían jurado lealtad a los Estados Unidos. Tercero, se alentó a los estados del Sur admitidos de esta manera a promulgar planes para tratar con los esclavos liberados siempre que su libertad no se viera comprometida.

En resumen, los términos del plan fueron fáciles de aceptar para la mayoría de los sureños. Aunque la emancipación de los esclavos era una píldora imposible de tragar para algunos confederados, el plan de Lincoln era caritativo, considerando el costo de la guerra. Con la Proclamación de Amnistía y Reconstrucción, Lincoln estaba tomando la iniciativa de reconstrucción del Congreso. Algunos republicanos radicales pensaron que el plan era demasiado fácil para el Sur, pero otros lo aceptaron debido al prestigio y liderazgo del presidente. Tras el asesinato de Lincoln en abril de 1865, los desacuerdos sobre la política de reconstrucción de la posguerra llevaron a una acalorada batalla entre el próximo presidente, Andrew Johnson, y el Congreso.