En este día en 1939, Italia y Alemania acuerdan una alianza militar y política, dando a luz formalmente a las potencias del Eje, que finalmente incluirán a Japón.
Mussolini acuñó el apodo de "Pacto de acero" (también se le ocurrió la metáfora de un "eje" que une Roma y Berlín) después de reconsiderar su primera opción, "Pacto de sangre", para describir este acuerdo histórico con Alemania. El Duce vio esta asociación no solo como una alianza defensiva, protección contra las democracias occidentales, con las que anticipaba la guerra, sino también como una fuente de respaldo para sus aventuras en los Balcanes. Ambas partes temían y desconfiaban de la otra, y solo compartían esquemáticamente sus posibles planes. El resultado fue que tanto Italia como Alemania, en lugar de actuar al unísono, a menudo "reaccionarían" a la acción militar precipitada del otro. En septiembre de 1940, el Pacto de Acero se convertiría en el Pacto Tripartito, y Japón constituiría el tercer componente de la tríada.